Cristián Mora Laciana Cada localidad que albergó a algún equipo mundialista en 1962 guarda esa experiencia como un tesoro. Aunque dentro de ellas hubo una que sacó el premiado: Quilpué alojó al campeón del mundo, Brasil. El Hotel Villa Retiro vio desfilar día a día a Pelé, Garrincha, Didí y compañía. "Los hinchas se quedaban horas afuera", recuerda Óscar Padró, integrante de la Comisión Organizadora de la sede viñamarina, quien recuerda que el equipo fue acompañado por unos 300 brasileños.Cuando el Scratch debía salir del hotel, Pelé siempre era el primero. Era cábala. Tal como el color de la ropa de entrenamiento: podía ser negra, azul o blanca, pero nunca amarilla, reservada exclusivamente para los partidos.Rodolfo Leal, ex jugador de Everton, fue llamado por los brasileños para entrenar con ellos en una oportunidad. Y también participó del duelo que, en...