La Orquesta Filarmónica parece otra cuando la dirige Jan Latham-Koenig. Ya sucedió en los "Vier Letzte Lieder" y en "Tristán e Isolda", y ahora ocurre otra vez con "La flauta mágica". El conjunto sigue el pulso de su titular y se muestra concentrada en lo musical, a la vez que adquiere un color propio.Si bien al comienzo de la obertura el sonido fue algo distante y pesado, pronto la partitura corrió con la fluidez necesaria, develando la transparencia de este Mozart, su equilibrio, su ánimo espiritual y la suave manera de abordar su unión con la voz humana. Fue imposible a la vez dejar de recordar cómo el maestro de Salzburgo anticipa aquí la solemnidad de Wagner.Se recupera en esta temporada de festejos del Teatro Municipal la hermosa puesta de 2002, donde convergen los talentos de Michael Hampe (régie y escenografía), Germán Droghetti (escenografía y vestuario) y Ramón...