Daniela Silva Astorga Anda todo el día con libreta y lápiz para que no se le escapen ideas. Si aparece alguna, la procesa y la esboza al toque. Pero en esos bocetos nunca se ven personas ni objetos. Sí algoritmos de pasos infinitos para lograr un resultado. O, mejor dicho, la receta perfecta para que sus máquinas artísticas actúen. Es que Demian Schopf jamás ha tenido un taller de los clásicos, esos de grandes telas, pinceles, desorden y olor a trementina. ¿En qué lugar trabaja? Simplemente, donde esté su computador. Así ha creado obras como la "Máquina de coser", que "chateaba" con el público en la Trienal de Artes (2009). Y como complemento del PC, sólo necesita que un programador concrete los diagramas de flujo que él imagina. "En palabras simples, es como si yo escribiera la receta para cocinar un arroz chaufán, pero lo hace otro", apunta.El espíritu tecnoide lo...