Daniela Silva Astorga Merodeando rincones periféricos, Cristián Velasco se topó con el primero. Un colchón ultrausado, sumergido en una montaña de basura. Lo salvó de ahí, cargando todo su peso histórico: en esa superficie existían marcas de amor, muerte, nacimiento y descanso. Y esa carga encendió su arte. Quería ir al rescate de la memoria, y así nacieron performances como "Sueños remotos", en la que caminó arrastrando una ruma de colchones, como un vagabundo sin techo. Su trabajo siguió con regla de oro: revalorizar objetos en desuso, para hablar de vida, carencias y de lo doméstico. Y si buscaba refugio, ya lo encontró. Se puede ver, desde hoy, en la Galería Moro con su exposición "Hogar".Los colchones no están. Tampoco la angustia por no tener techo. "En esta exhibición ya aparece la casa. Pero específicamente la cocina. Luce como un lugar de encuentro, bien...