Romina de la Sotta y Marilú Ortiz de Rozas
"La tradición española de los Cristos Crucificados es muy antigua, ya en la época medieval aparece el famoso Cristo de Burgos, que entregó un parámetro que durante el Barroco se vio reforzado", explica Juan Manuel Martínez, curador del Museo Histórico Nacional (MHN). "En la América virreinal se agregó el sentimiento barroco del martirio, la angustia a través de la distorsión anatómica, con expresión desgarradora o en el ámbito más popular o mestizo, imágenes hieráticas (solemnes) y sangrantes", agrega.
"Esta capacidad de conmover, este pathos que genera en el espectador una sensación fuerte de acercamiento, ya sea de miedo o de piedad, entra en América con el Barroco, donde se da una condición de sufrimiento absoluto y se exacerban ciertas características del dolor", especifica Rolando Báez, historiador del arte y...