Patricio Tapia Si entre los moralistas franceses de los siglos XVII y XVIII se cuentan algunos de los mayores escritores de esa literatura, es curioso el sitio destacado que ocupa Joseph Joubert porque, entre otras cosas, no publicó libro alguno ni dejó nada para publicar después de muerto. Lo que se conoce es lo que su viuda y amigos (especialmente Chateaubriand) rescataron de sus papeles privados. Antes que al placer de publicar, prefirió entregarse a otros: el amor, la amistad, las caminatas y, sobre todo, la lectura. En una de sus notas dice: "El gran inconveniente de los libros nuevos, es que nos impiden leer los viejos".Casi dos siglos después de Joubert, Alberto Manguel es un dedicado lector de libros tanto nuevos como viejos que, además, no se ha privado de publicar libros propios, muchos de los cuales tratan sobre libros y lecturas. Cada una de sus nuevas obras, con...