Yasna Kelly Fotografías, revista Zig-Zag, Brügmann Conservación y Restauración, y archivo familiar En medio de pastizales y senderos dejados a la mano de Dios, surgen estatuas, piletas, fuentes y grandes escalinatas, con la cordillera como telón de fondo. Pese a colindar con calles por donde pasan autos y buses, y con condominios de cientos de casas, en el Parque Arrieta, en Peñalolén arriba, no hay ruido de ciudad. Solo de pájaros y de uno que otro perro. Entre grandes árboles surge una enorme casona. Está cerrada hace años, pero por sus ventanas se pueden ver las finas maderas de su suelo, de sus paredes y escalas. El silencio y abandono hace difícil imaginar que este lugar, tan lejos del centro de la ciudad, fue a fines del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX epicentro de tertulias culturales y, especialmente, musicales.Fue en 1869 que Margarita Egaña,...