por JANINA MARCANO FERMÍN Diego Mondaca, 41 años, barbero, sentado en un sofá de su local en Providencia, cuenta que allí mismo, en los 80, los clientes de su padre colgaban sus camisas para que les aplicaran paños calientes en la cara antes de usar las navajas. Ahora, dice, es él y su hermano quienes dirigen el negocio, y aunque hasta hoy conservan parte del mobiliario e implementos de su padre, la decoración del lugar está marcada por dibujos de calaveras y guitarras eléctricas colgadas en las paredes. Esto, dice Mondaca, son los símbolos del nuevo estilo de la barbería Mondaca, la que cada día atrae a un mayor número de clientes: tantos que para sentarse en una de sus sillas hay que reservar, al menos, con cinco días de anticipación.-Cuando aparecieron las peluquerías unisex en Chile, las barberías casi se extinguen -cuenta Rubén, 36 años, el hermano de Diego; con...