LORETO GATICA CARBONELL
El desafío esta claro. Para ser potencia alimentaria es esencial invertir en tecnología e innovación. Pero es un trabajo que ni privados ni Estado pueden enfrentar en forma individual. Entonces, tal como lo han hecho países desarrollados, la fórmula son los consorcios agrícolas, donde se unen esfuerzos en torno a un objetivo.
Los consorcios agrícolas son una especie de cluster o agrupaciones sectoriales, en donde se integra toda la cadena de valor y que, con financiamiento de privados y Estados, buscan solucionar problemas de la industria que pueden implicar mejoras de la competitividad del país, como la falta de variedades propias para el sector frutícola.
La idea comenzó a gestarse en 2004 y derivó en los 6 consorcios que existen actualmente. Son financiados en un 50% a través del Fondo de Innovación para la Competitividad, gestionados vía FIA.