Texto, Paula Donoso Barros, Fotografías, José Luis Rissetti No es tarea fácil competir arquitectónicamente con la inmensidad de la cordillera. Ni con la textura de las rocas ni con el brillo de las laderas que bajan nevadas hasta las aguas del río Cipreses. Había que marcar presencia con un hotel boutique, con 24 habitaciones y capacidad para 48 pasajeros, en la mitad de la nada. "Donde la cordillera es tan salvajemente fuerte, teníamos que hacer algo que diera cuenta de un asentamiento humano", dice Álvaro DeSoto, arquitecto que recibió el encargo.El relato de la construcción del Puma Lodge es casi épico. Era inventar a 1600 metros de altura un hotel con todos los servicios en nivel de cinco estrellas para acoger a deportistas que dan la vuelta al mundo buscando nieves vírgenes para lanzarse a esquiar desde un helicóptero. Por lo mismo, era construir un lugar con...