Por Magdalena Andrade N. Ilustración francisco javier olea. La escena es así: usted llega a su casa después del trabajo, y entre organizar la comida y atender a los niños, encuentra sobre la mesa del comedor la última prueba de matemáticas de uno de sus hijos. La nota: un tres, bien grande, marcado por la profesora con un lápiz rojo furioso. Entonces, usted, que probablemente está cansada, que probablemente hoy -además- tuvo un problema en la oficina, le muestra a su hijo su descontento por el mal rendimiento. Le dice que se esfuerza muchísimo trabajando, que cómo le puede responder así. Que lo va a castigar sin ver televisión por una semana.Y en la noche, cuando llama por teléfono a algún familiar o a alguna amiga, usted se desahoga del "bochorno" parental:-Más encima, el flojo de mi hijo llegó a la casa con un tres.El colegio, las notas, las pruebas, las tareas y...