Nicolás Olea M. El festín de empanadas, dos para cada integrante del plantel de Universidad Católica, es el castigo que recibió Fernando Meneses luego de su exabrupto en Caracas. Al ser reemplazado, el carrilero las emprendió sin anestesia contra Juan Antonio Pizzi, acción que está debidamente tipificada en el reglamento interno del primer equipo franjeado, hoy por hoy líder del Apertura y del Grupo 4 de la Copa.Sin embargo, hubo otra sanción. En privado y frente al plantel, Pizzi le llamó la atención a Meneses, en señal del poder que ha comenzado a asumir el argentino con sus dirigidos. Dos semanas antes vivió un capítulo similar: molesto por no aparecer en las nóminas, Francisco Pizarro se negó a viajar a Buenos Aires, por la Copa Libertadores. José María Buljubasich, el gerente deportivo, dejó el tema en manos de Pizzi y el santafesino, mano dura, obligó al...