SEBASTIÁN HENRÍQUEZ Ingrid repasa por última vez los dorados de la estatua de yeso de San Pedro, que al día siguiente encabezará la procesión en la lancha de su marido. Mientras él, un hombre de mar desde los siete años, va al cerro a buscar las ramas que resguardarán al santo.Para esta mujer de Talcahuano, adornar la figura de 30 kilos (un regalo de Felipe Cubillos tras el 27-F) se hace fácil. Es artesana en yeso, como atestigua el peculiar pesebre que hay en su antejardín. Para su esposo, Raúl Silva, es más complicado. No se trata sólo de conmemorar al patrono de los pescadores, sino también de honrar la memoria de su padre fallecido recientemente. Por eso le corresponde el honor de pasear al santo por la bahía.En las caletas de Tumbes, San Vicente, El Morro, El Soldado y Talcahuano, la procesión de San Pedro se debe realizar el mismo día que indica el calendario...