Por Ernesto Garratt Viñes, enviado especial a Cannes. El celular de Gabriela Pérez Andrade no ha parado de sonar. Es martes 18 de mayo, el sol ilumina pálidamente este frío día de la primavera boreal y la Croisette, en pleno curso del Festival de Cannes, estalla de vida con diversos colores. La gente, de gala, informal, en autos elegantes, a pie e incluso en moto, repleta la calle y si algún cineasta hiciera una toma aérea, esto parecería un glamoroso hormiguero. Y si luego ese mismo cineasta hiciera un acercamiento a la cara de Gabriela Pérez, ahí, entre la multitud, mirando a la cámara, rubia, de sonrisa alegre, con traje de gala, vería que está hablando por celular con tanta gente porque este 18 de mayo es el día de su cumpleaños, confesables 31, y que aunque está sin su marido francés y sin su hijo de 3 años, ambos en París (donde ella vive hace nueve años),...