Ruperto de Nola Se les heló en las venas la sangre a los chanchos de todo el territorio cuando oyeron que proclamaba Rubén Tapia: "¡Hay chancho muerto en Talca!".Oído el grito prócer -como tantos otros que insurgentes de la Independencia lanzaban de "¡junta queremos!" y demás cosas de ese tono- y sin importarnos un bledo los sustos porcinos, iniciamos nuestro devoto desplazamiento hacia aquella émula de París y Londres. Partiendo de Santiago, de Cañete, de Temuco, de Faldifia y de los lugares más remotos, los convocados creemos y profesamos que el chancho es lo mejor que se come en Chile. Porque que el cordero, ya del Estrecho, ya del secano costero de Colchagua y otras partes, sea algo excelente, es mérito del propio cuadrúpedo, cuya sapidez espléndida redime de muerto su estupidez de vivo. ¡Pero el chancho, en manos de esos viejos de Lumaco o esas viejas de Cumpeo,...