ALEJANDRO MILLÁN VALENCIA LOS ANGELES.- Apenas dejó de existir, cuando cesó de respirar, en el último aliento, ahí, en ese momento del que nadie conoce con exactitud los detalles, Marilyn Monroe se convirtió en un objeto de colección. Y Greg Schreiner, un rubio delgadito, simpático y pecoso, que ahora camina entre decenas de trastos viejos, fotos, documentos curtidos por tantos años, conoció su obsesión: la de convertirse en su mayor coleccionista.La casa de Schreiner es una construcción modesta y rosada ubicada en West Hollywood. Recibe a "El Mercurio" pocos días antes de la conmemoración del cumpleaños 85 de la bella rubia -nacida el 1 de junio de 1926-, que planea realizar con su club de fans en el cementerio Westwood Memorial Village Park, donde Joe DiMaggio, segundo esposo de la rubia, la enterró el 8 de agosto de 1962. Allí, donde quedan sus restos, donde es...