MAUREEN LENNON ZANINOVIC Corrían los años 60, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, y un grupo de apasionados operáticos -convocados por el alcalde de Santiago de la época Manuel Fernández- formaron la Corporación de Arte Lírico con el fin de reposicionar la ópera en nuestro país y levantar al Teatro Municipal como un coliseo de primera línea. Con bastantes pocos recursos, pero mucha agudeza e ingenio, Luis Ángel Ovalle, Jorge Dahm, Pablo Garrido, Carlos Cruz-Coke, Orlando Álvarez, Adolfo Yankelevich, Fernando Renard, Jaime Arrieta y José Pablo Domínguez, se lanzaron a cumplir esta tarea titánica y difícil, no sólo por el acotado presupuesto con el que contaban sino, fundamentalmente, por la lejanía geográfica y porque había que crear una inexistente red de contactos internacionales.Fueron inicios llenos de anécdotas. Así lo rememora el abogado Orlando...