Juan Rodríguez M. La prensa europea seguía sus hazañas como si fuera un Napoleón, en Francia fue llevado al teatro, había vajillas y camafeos con su figura, Lord Byron usó su apellido para bautizar su yate, y ya en 1821 existían quince localidades estadounidenses con su nombre. Imponente, gigante, europeizado, napoleónico, pequeño, delgado, de pelo hirsuto, romántico, con rasgos afrodescendientes e indígenas, el militar transgénero con los pechos al aire pintado por Juan Domingo Dávila, un charro, pragmático, utópico, libertador, generalísimo, republicano, culto, dictador, desilusionado, ignorante, guía de conservadores y liberales, de derechistas e izquierdistas. Simón Bolívar (1783-1830) es todos y ninguno; es una imagen o signo en disputa.Esa es la lectura que hace Bernardo Subercaseaux -estudioso de la cultura y profesor de la Universidad de Chile- del libertador...