Texto, Paula Donoso Barros. "Mi familia son mis amigos de acá. En Buenos Aires no sé, la vida es más sola... tendría que ir a terapia dos veces por semana, en cambio Santiago es como una aldea, trabajo tranquila, se puede producir, hay calidad de vida. Para un artista, este país es súperamable", decía Sonia Etchart en una entrevista hace algunos años, y lo repitió hasta el último día. Eran las razones que la hicieron quedarse en ese departamento taller que tenía en calle Rosal, en el país de sus hijos, que terminó siendo el suyo.Neftalí y Matías Garrido, de 35 y 32 años, son esos hijos con que armó una familia "no típica". "No somos de los que para navidades tenemos la mesa llena con familia, los tres siempre hemos sido muy independientes; ella tenía un carácter muy fuerte, muy guerrera. Nos traspasó eso de creer en uno mismo, en lo que estás haciendo", dice...