Por Federico Grünewald El mayor diccionario académico del idioma español define la palabra "revolución" como un "cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional". Un anarquista diría que el revolucionario que logre cambiar el curso de la historia de su país, para seguir siendo revolucionario, debería pasar de inmediato a la clandestinidad. El comunismo, en cambio, no podría disociar la Revolución Cubana de la imagen de Fidel Castro como líder. Pero el concepto "revolución", sobre todo en Chile, dejó de ser exclusivamente algo político y social, como se entendía en el siglo XX. Marcelo Bielsa, por ejemplo, es considerado un revolucionario del fútbol chileno. Lo mismo que sucede con Humberto Maturana en las ciencias. Desde internet hasta la marraqueta sin sal, todo tiene hoy una revolución asociada, y un...