Por Leila Guerriero Quizá sepan quien es James Rhodes. Yo lo conocí en enero pasado, en Medellín, durante un almuerzo. Tenía una camiseta blanca, jeans, anteojos de marco negro, el pelo entrecano alborotado y una actitud amable y receptiva, aunque casi no hablaba. Rhodes, británico de 42 años, es un exitoso pianista, un intérprete de música clásica que, durante sus conciertos, se presenta en jeans y zapatillas, habla con el público, lee las partituras de un iPhone. Es, también, autor de Instrumental (Blackie Books, 2015), un libro en el que cuenta cómo fue violado durante años, desde los 6, por su entrenador de boxeo en el colegio. Esas violaciones hicieron de su vida un desastre físico -operaciones en la columna, dolores permanentes- y psíquico -drogadicción, alcoholismo, hospitales psiquiátricos, cortes autoinfligidos, intentos de suicidio- hasta que la música,...