Claudia Urzúa Sus heridas son difíciles de mirar y el hedor que se desprende de ellas se advierte a tres metros de distancia. Alejandra, de 43 años, apoya las manos sobre la camilla, inclina la cabeza y se deja hacer, en la sala de curaciones del Hogar del Buen Samaritano de Molina, Región del Maule. Lleva un mes hospitalizada a causa del pénfigo vulgar, una rara enfermedad autoinmune que se le manifestó hace dos años y de la que no han podido sanarla, ni siquiera aliviarla, en hospitales y consultorios de la región.Alrededor de ella se afanan tres monjas y una enfermera, en un silencio sólo interrumpido por las instrucciones susurradas por la madre Irene García de Prado (84), la fundadora del hogar, quien dirige la operación. Española nacida en la provincia de León, también es enfermera titulada de la Universidad Complutense de Madrid, y ha formado a las hermanas que...