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Texto, Soledad Salgado S. / Retrato, Carla Pinilla Grandé
A Daniel Barraco se le nota que es argentino. Y no sólo en el hablar tan característico de los trasandinos, sino en su seguridad y visión cosmopolita de la vida. Dejó Mendoza hace un año y medio para instalarse con su mujer e hija en Santiago, abrumado por la situación económica del país y tentado por algunos académicos que, sabiendo de su trayectoria, le ofrecieron dictar clases en el Instituto Arcos.
De viajes y traslados sabe harto. Primero, porque a fines de los '80, cuando recién se asomaba de manera autodidacta a la fotografía, se fue por siete meses a Sao Paulo donde, encantado con el desarrollo artístico de esta disciplina, decidió dedicarse por entero a ella a pesar de haber estudiado en la Escuela de Bellas Artes. Luego vino su estadía de diez años en Francia, su regreso a Mendoza y la llegada a...