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SEBASTIÁN SOTTORFF / Desde Constitución No lleva más de un minuto hablando y Sandra Contreras comienza a llorar. Arrugando su piel morena, refriega sus ojos tratando de contener las lágrimas, pero las gotas no cesan de caer. Y entre más caen, ella aprieta fuerte sus dos manos contra la cara y trata de pensar en otra cosa. Le lanza una mirada al televisor que tiene enfrente, recorre el pequeño living con la vista o le sigue la pista a un gato que se pasea bajo las sillas.Dice que no quiere que la vean llorando, pero la pena que lleva a cuestas es tan grande, que simplemente no lo puede evitar.Han pasado casi cuatro años desde ese aciago 27 de febrero de 2010 y todavía no supera el dolor de haber perdido a sus dos hijas y a una nieta durante el maremoto que arrasó con la isla Orrego de Constitución.En ese lugar, 93 personas perdieron su vida. Diez de ellas nunca más fueron...