Por Sebastián Montalva W. Motovun es uno más de las decenas de antiguos pueblitos que hay en las colinas al interior de Istria, la región "italiana" de Croacia, en el norte de ese país. Está justo en la cima de un pequeño y verde cerro, flanqueado por viñedos, con un paisaje y arquitectura que recuerdan a la Toscana. Algo que no extraña: Istria perteneció a Italia entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, y las huellas de ese pasado todavía subsisten.Esta es una región para recorrer en auto, ojalá a comienzos de mayo, cuando el calor todavía es soportable: en pleno verano las temperaturas superan los 30 grados. Así, uno puede ir a Motovun, y luego a Groznjan -o Grisignana, en italiano-, otro lindo pueblo lleno de pequeñas callejuelas intrincadas, talleres y galerías de arte. O bien, seguir hacia la costa, hasta Rovinj (en la foto), quizás la mejor base de operaciones...