Pedro Pablo Guerrero No encabezaba las listas de apuestas. Es más, ni siquiera figuraba. "Atónito y halagado", se declaró, con razón, Kazuo Ishiguro, el escritor nacido en Nagasaki en 1954 y criado desde los 6 años en Reino Unido. Pero la mayor sorpresa de este año es que no hubo sorpresas. La Academia Sueca no volvió a premiar a una periodista bielorrusa desconocida en Occidente ni a un cantautor norteamericano mundialmente famoso. Distinguió a un escritor químicamente puro, autor de esa novela con pasta de clásico que es "Los restos del día", perteneciente a una de las tradiciones literarias más importantes del mundo, la británica, que con Ishiguro ya completa diez Nobel."Se trata, sin duda, de un premio mejor que el del último año, al músico Bob Dylan, y pone en valor a un novelista de primera línea en la tarea de renovación de la literatura en lengua inglesa y,...