CECILIA VALDÉS URRUTIA Sus monumentales laberintos de acero, de 15 y 20 metros de altura, remecen hasta el más frío espectador. Al recorrer las obras de Richard Serra se siente el peso de la materia. Las puras y sintéticas formas de metal pueden llegar hasta a conmover. "Mi escultura es sobre el espacio, el tiempo y el movimiento de una persona, no es un objeto", confiesa el escultor norteamericano, quien acaba de obtener el Premio Príncipe de Asturias a las artes. La argumentación que acompañó este reconocimiento mundial reconoce la "audacia de Serra para vertebrar, desde su perspectiva minimalista, los espacios urbanos más significativos a través de obras de gran potencia visual, que invitan a la reflexión y al asombro".La elección ha causado efervescencia en el mundo cultural, incluyendo el chileno. No sin motivo, porque Richard Serra (San Francisco, 1939) ha venido...