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Desde Washington D.C. Texto, Analya Céspedes
Fotografías, gentileza Seattle Public Library
En lugar de hacer un edificio típico, un mero rectángulo con muchos pisos, el arquitecto holandés Rem Koolhaas se decidió por una solución más original cuando Seattle le pidió que diseñara su nueva biblioteca. Una forma extraña, moldeada a pedido de las necesidades de luz, sombra y del programa de los mandantes, estaría cubierta por un impactante exterior de cristal que haría a su obra traslúcida, abierta. Los transeúntes verían desde la calle los libros, los magníficos interiores, a la gente recorriéndolos, y sentirían un incontenible deseo de entrar.
Pero el buen diseño es fruto del estudio y no del azar. Por eso, antes de su debut, que vendría a transformar por completo la noción de biblioteca, la obra que Koolhaas ambicionaba debía madurar.
En mayo de 1999 la ciudad...