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CAROLINA ANDONIE DRACOS
BARCELONA.- Cuando Juergen Boos llegó a la capital catalana debió enfrentar la controversia heredada de Volker Neumann, su antecesor a la cabeza de la Feria del Libro de Frankfurt (2001-2004), quien había escogido a Cataluña como Invitado de Honor para la versión 2007 del encuentro más importante de la industria libresca. ¿El detalle? Que no toleraría una muestra exclusivamente en catalán, lo que produjo más de una reacción airada en la tierra de Terenci Moix, Quim Monzó y Juan Marsé.
Boos (43) había asumido como director en abril y conocía bien el sector. Mal que mal, formaba parte de la cúpula de Wiley-VCH, filial de John Wiley&Sons, una de las editoriales científicas más importantes del mundo. Por lo mismo, en cuanto pisó Barcelona -invitado al simposio "Los futuros de la industria editorial" realizado en noviembre-, su primer gesto fue...