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ALDO SCHIAPPACASSE Las películas deportivas que ganan el Oscar no suelen tener mucho reconocimiento de la crítica. "Rocky" (1976) y "Million Dollar baby" (2004) son consideradas obras menores al lado de "Toro Salvaje" o "El Campeón", por ejemplo. Y "Carros de fuego" (1981) es más recordada por su banda sonora que por la aventura olímpica que describía.Cada tanto, la temática deportiva irrumpe cinematográficamente, alcanzando una nominación de la Academia de Hollywood. El año pasado, "The fighter" -una historia real sobre el boxeo- alcanzó destacada figuración. Y este año, "El juego de la fortuna" nos permite ver la conformación de un plantel de béisbol, también inspirada en la realidad. Los ejemplos son muchos, y casi siempre llegan al cuadrilátero: "Alí", "Cinderella man" o, más atrás, "Fat City".A los estadounidenses también les gustan los dramas sobre fútbol...
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por Ascanio Cavallo
Felicias journey. Dirección: Atom Egoyan. Con Bob Hoskins, Elaine
Cassidy, Arsinée Khanjian, Peter McDonald. 115 minutos.Cuesta decidir, al final de El filo de la inocencia, si alguien puede ser realmente llamado culpable en una historia que lo tiene todo para esa búsqueda: engaño, obsesión, crimen, toxicidad. La razón, quizás, es que no hay erotismo: una ausencia inquietante, una señal de que las cosas marchan por senderos extraños. Sexo sí hay, pero del tipo más inconfortable y disgustante, del más reprimido y vengativo, el material de la neurosis.
No es que los protagonistas resulten poco claros. De un lado llega Felicia (Elaine Cassidy), una joven procedente de Irlanda, que busca en Inglaterra a un novio extraviado para contarle de su embarazo, con el candor y la soledad que solo pueden certificarse en plenitud en ese estado; para que no quepa...
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Lejos de las concesiones paternalistas que muchos críticos tienen con el cine irlandés, El crimen desorganizado posee méritos tan propios como discretos, si bien está lejos de ser la obra maestra que muchos quisieran. En realidad, este filme responde a la simple necesidad de catapultar la carrera del joven cineasta Paddy Breathnach (26), quien prefirió derivar hacia un cine menos personal, pidiendo prestado algo del humor negro gringo y otro poco del viejo estilo road-movie.
Git Hynes (Peter McDonald) y Bunny Kelly (Brendan Gleeson) son malhechores de segunda división quienes, para devolverle los favores al capo de la mafia de Dublín, tienen que subirse a un auto y hacerle unos cuantos trabajitos, pese a su inexperiencia en robos, chantajes y secuestros...
Aun cuando la historia no convence del todo, la película mantiene cierto grado de interés gracias al oficio de sus...