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por Ascanio Cavallo
Parece de sentido común comparar esta película con su precedente, El silencio de los inocentes. Pero el sentido común es una cosa de dudosa racionalidad. Para no ir más lejos, muy pocos compararon en su momento El silencio de los inocentes con Cazador de hombres, de la que era un débil remake. Tampoco son muchos los que han subrayado que Gladiador (dirigida por el mismo Ridley Scott) es una pálida reconstrucción de La caída del Imperio Romano; pero Gladiador ha conseguido el récord de nominaciones al Oscar que su antecesora no obtuvo, aunque merecía más.
Tomando el éxito como medida de calidad, la tentación es decir que si Cazador de hombres pasó inadvertida y El silencio de los inocentes fue un exitazo, sería porque esta última era mejor. Suena sensato. Pero Cazador de hombres no tuvo un décimo de la publicidad que acompañó a la otra, carecía...