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PAMELA ELGUEDA
Un clásico del domingo en la noche: llega la hora de acostarse, y resulta que las tareas escolares no están hechas. Recriminaciones, desesperación, llanto, y las tareas... siguen sin hacer. Al final, y con el apuro, terminan listas con la "participación" de toda la familia. Mala solución.
"Ayudar a los hijos no significa hacerles las tareas o los trabajos, porque los invalido; es una forma de decirles que no son capaces de hacerlas por sí solos", comenta María Angélica Figueroa, doctora en Filosofía y Educación y académica de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE).
Cuando se trata de guiarlos con las tareas escolares no existen recetas fijas, porque cada niño va a necesitar una ayuda distinta. Sin embargo, hay un principio que sí corre para todos: dar la posibilidad de tener una experiencia de aprendizaje activo, en la que el...