Ernesto Ayala No creo que las series sean el arte narrativo del siglo XXI, el equivalente de la novela del siglo XIX, la realización de lo que el cine hoy no puede ser y todas esas patrañas que se hablan con una liviandad desalentadora. Posiblemente hay un par de series muy valiosas, pero la gran mayoría no es mucho más que entretención medianamente inteligente y relativamente bien armada, algo que cualquier película de Robert Zemekis (1952), por nombrar a un cineasta eficiente y sin grandes ambiciones "artísticas", entregaba como base mínima en cualquiera de sus cintas hasta mediados de los 2000. Para qué hablar de Cameron, Pollack, Pakula, Edwards, Nichols, Friedkin, Lumet o Donner, directores a los que hoy nadie dedica ciclos, pero que en sus trabajos más flojos hacían tanto o más de lo que hoy cualquier serie logra en ocho capítulos. Nadie habla, además, de que las...