| Ver más »
HERNÁN ÁVALOS
Un contingente de 120 guías e igual número de perros detectores de explosivos están siendo entrenados en la localidad de Buin, esperando ser enviados este verano a Panamá, Irak, Italia y Alemania, entre otros países, para trabajar en embajadas, hoteles, estadios, puertos y aeropuertos.
Las duplas constituyen un auténtico producto de exportación no tradicional y por la creciente demanda de seguridad antiterrorista, pareciera que tienen mercado asegurado.
"Nuestro lema es cuidar vidas", señala Marcia González, gerenta de la empresa K-9 Factory, propietaria de las siete hectáreas donde funciona el centro de entrenamiento canino.
Asegura que una vez que comiencen los envíos de personal al extranjero, abrirán sus puertas para ofrecer a la comunidad sus veterinarios y la clínica de que disponen para controlar a los animales con el objeto de efectuar...