Por Rodrigo Fluxá, desde Colchane Desde la entrada, por la carretera, Colchane cumple con las fotos de los folletos: una calle principal, casas de adobe repartidas por los lados, tres señoras aimaras vendiendo carne seca, dos llamas, el sol pegando fuerte y el cielo de un azul sin interrupciones.Pero este domingo, al mediodía, el otro Colchane emerge a un kilómetro y medio de ahí. Nicolás Delgado Sánchez, boliviano, de 24 años, hace la fila de extranjería del complejo fronterizo chileno. No ha cometido ninguno de los típicos errores: no suda, no está pálido ni pregunta dónde está el baño. Sólo espera su turno.Héctor Obreque mira la escena y hace lo único para lo que es realmente bueno: lee a la gente. Delgado se para a su lado.-¿A qué vienes a Chile?-De turista, a Iquique.-¿Cuánta plata traes?-¿Ah?-¿Cuánta plata traes?-200 dólares.-Acompáñeme por...