Cecilia Derpich Un cura reza el Padrenuestro de la mano de los amigos de una persona que murió hace algunos días. La ceremonia no es al mediodía en una iglesia, sino de noche y debajo del puente La Máquina en Renca, donde se mezclan basura, perros y ratones. Terminado el responso, la mitad de los asistentes se va a sus casas. La otra, se queda debajo del puente donde entremedio de plásticos y cartones tienen armada su casa.Hace frío, pero no tanto como la madrugada del 19 de junio cuando Gerardo Javier Molina Díaz (45) con la ropa mojada por la lluvia de esa noche y con varios tragos encima se acurrucó justo en el lugar donde ahora rezan sus compañeros de calle y los voluntarios que lo conocían, y no despertó más. Una mujer lo encontró en la misma posición y le avisó a su amigo Luis Vargas (58), con quien vivía en las calles de Renca hace 7 años, quien se consiguió el...