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Por Patricio Jara
Un silencioso cortejo cruza el cementerio de Arica. Es una marcha bajo un sol que resplandece sobre mausoleos y árboles donde no entra el otoño. Delante del grupo, tres hombres y una mujer cargan un ataúd escarlata. Allí están los restos de Gabriela Rojo Pinto. Para quienes la conocieron, el dolor se mezcla con un sentimiento de orgullo que propicia la entonación del himno de la ciudad. "Es tu lema la paz, y es tu grito libertad, tierra señalada de inmortalidad", corean todos en esta mañana de martes 11 de abril de 2006. Entre los cánticos, muchos contienen las lágrimas. Han pasado 30 años desde que Gabriela fuera encontrada sin vida en una playa del Perú y ahora, por fin, su cuerpo ha cruzado la frontera y vuelto a su país.
Durante los años que ejerció como gerente del Banco de Crédito de Tacna, Antonio Razzeto acostumbraba a dar largos paseos por...
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MAURICIO SILVA
ARICA
El 27 de abril cumplirá 33 años. Se llama Eloy León Sotelo y creció en una pobre aldea del altiplano peruano. Pero una anciana pareja de Arica está convencida que se llama en realidad Gabriel Salazar. Y que es su nieto, hijo de Gabriela Rojo Pinto, que fue "asesinada" y su cuerpo arrojado al mar.
Luego de 30 años, Juana Pinto (71) y José Rojo (76) trajeron a su hija Gabriela. El martes repatriaron su cadáver que tras aparecer en una playa fronteriza peruana, en octubre de 1976, fue enterrado en Tacna.
A sus 22 años y recién separada, Gabriela necesitaba mantener dos hijos. Cuando desapareció llevaba consigo al mayor, Gabriel (2).
La policía estableció que su cuñado, Eulogio Morales, los llevaba en su citroneta. Pero se desvió a playa Las Machas para "pololearla" y la mató. La justicia no determinó si de modo intencional. Trató de deshacerse...