No hay una sola forma para calibrar la notable victoria de Nicolás Massú (85º) cerca de la medianoche de Croacia.La primera tiene que ver con el rival: David Ferrer (20º), un tenista peligroso en cualquier superficie, pero sobre todo en arcilla (este año fue semifinalista de Hamburgo y finalista en Barcelona), y al que es preferible evitar en las rondas preliminares de un torneo. El chileno, de hecho, venía evitando choques así por obligación: después de Roland Garros jugó ocho challengers consecutivos.Pero el viñamarino no notó la falta de alta competencia: le ganó en tres sets (4-6, 6-2 y 6-4) para pasar a cuartos de final de Umag (450 mil euros, arcilla). Fue su primer triunfo sobre un top 20 en más de 17 meses. El último había sido Carlos Moyá en Acapulco 2008, cuando el español era 13º del mundo.La forma como ganó Massú también resulta destacable, pues se...