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Piero Castagneto Merced, Ramaditas, Rocuant, Las Cañas, El Litre, La Cruz, Mariposas. Sus solos nombres mueven a la curiosidad sobre sus orígenes, rompen la monotonía que suele caracterizar a los topónimos urbanos chilenos, evocan un sabor especial; en definitiva, no se trata de lugares sin pasado ni acervo, aunque se encuentran alejados del núcleo originario de la ciudad, que comenzó a configurarse a partir del siglo XVI en las elevaciones bajas que rodean el sector donde se levantó la Parroquia de La Matriz.Estos cerros son parte de una suerte de gran pared o cornisa que enmarca el anfiteatro porteño por su parte sur, cuyo límite son las zonas boscosas y el Camino de La Pólvora, ahora de trágica actualidad. Su otro límite es el plan, en el sector del Almendral, que fuera zona rural en los tiempos hispánicos, con algunas pequeñas aldeas como La Rinconada, que terminaron...