| Ver más »
Ubaldo García Silva
Alguien nos dijo una vez que no nos preguntáramos el por qué de las cosas, sino el para qué de las cosas, treinta y cinco años de vida son muy pocos para una persona. Recién está empezando a madurar y a crecer, está aprendiendo de sus errores y luchando por ser alguien, sin embargo para él y para todos los que le conocimos fueron toda su vida, en sólo treinta y cinco años logró demostrar el real valor de la amistad, el cariño afectuoso para cada uno de los que se le acercara, nos enseñó que las simplezas de la vida son para gozarlas y vivirlas a concho (el viento, la lluvia, los árboles, en fin toda la creación), derramaba un afecto incomparable, siempre preocupado por los demás, un padre tierno, esposo cariñoso y enamorado, hijo preocupado de sus padres.
Echaremos mucho de menos aquellos llamados por celular para saber de cada uno de nosotros y...