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Desde Washington D.C., por Analya Céspedes M.
Fotografías, gentileza Museo Guggenheim
Estoy obsesionado con la arquitectura", dice Frank Gehry, un hombre que se ha arriesgado y que por eso ha establecido nuevos límites y cánones con su trabajo.
Entre sus obras hay mobiliario de papel corrugado, lámparas con formas de pez y rascacielos ondulantes. Todos ellos comparten una misión única, mostrar cómo lo ordinario se puede tornar excepcional gracias a la imaginación. Ninguno de los trabajos de Gehry es oscuro o tenebroso. No se puede pensar siquiera en uno de ellos que no haga sonreír o asombrarse, y esa es la distinción que prima por sobre cualquier otro comentario que se haga en torno a su obra.
Claro que su labor es también controvertida y ha sido descrita de las más variadas formas. A las obras de Gehry se las ha llamado brillantes, proféticas y vanguardistas, pero...