Ocurre que al interior de la bien mentada Villa Macul hay varios letreros del nombre de una calle que confunden a los viandantes y vecinos. En una parte, esquina de El Líbano, se lee Arturo González, en otra Gozálvez y, más allá, Gonzálvez. Como soy chapado a la antigua, dije: "Ante la duda, investiga". Y partí, miércale, a ver cuál sería el nombre verdadero y quién sería el personaje. Pensé que tal vez sería Goncalves, pero no iba por ahí la cosa. Luego apareció un Arturo González, joven humorista español, que, dada su juventud y nacionalidad, no daba para el nombre de una calle. Así, buscando y buscando, di con la película chilena "Si mis campos hablaran" (leer la crítica que hizo Critilo es una enseñanza magnífica), estrenada en 1947 en los teatros Real y Santiago. El filme, basado en una novela de Francisco Coloane y dirigida por José Bohr, tuvo la...