"Ella murió en mis manos. Yo estaba pálido y furioso". Así describe el doctor iraní Arash Hejazi las sensaciones vividas en una calle de Teherán cuando por azar le tocó atender a la joven Neda Agha Soltan (19), convertida en ícono de las protestas en Irán tras su trágica muerte.
En entrevista con The Times, señala que esos minutos jamás los olvidará y que le han cambiado su vida para siempre.
Hejazi (38) se recibió de médico, pero en la actualidad se dedica a su verdadera pasión, la literatura. En Teherán era director de una editorial. Después de lo que pasó decidió quedarse en Gran Bretaña donde hace un posgrado. Se define como seguidor del candidato opositor Mir Hossein Mousavi. Aunque el 12 de junio votó en Londres, al día siguiente viajó a Teherán por negocios.
El sábado 20, poco antes de las siete de la tarde, Hejazi estaba en su oficina con tres amigos...