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MAURICIO SILVA y Marco Gutiérrez Sorpresa y malestar causaron en el Gobierno el abrupto cierre de la fábrica Maersk Container Industry en San Antonio, que se empezó a instalar en el año 2012 y que entró en operaciones tres años después. La falta de gradualidad de la medida y el hecho de que no se avisara con antelación a las autoridades nacionales y regionales impidieron adoptar anticipadamente medidas que mitiguen la pérdida de 1.209 empleos directos de un momento a otro. Esto se agrava con el impacto sobre las empresas que suministraban diversos servicios a la planta ubicada en el sector de Malvilla.El ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, se reunió ayer en Santiago con representantes de la compañía y les expresó su molestia por la forma como comunicó el despido. Tras la jornada laboral del jueves, los trabajadores fueron citados a un recinto en San Antonio, lejos...