RICHARD GARCÍA
El secreto tras la habilidad de algunas medusas para brillar en el agua produciendo una luz verdosa fue el detonante del Premio Nobel de Química 2008.
La Academia Sueca de Ciencias lo otorgó al japonés Osamu Shimomura y a los estadounidenses Martin Chalfie y Roger Tsien, quienes identificaron, aplicaron y perfeccionaron la proteína fluorescente verde (GFP), responsable de la bioluminiscencia de esos animales.
Hoy es una herramienta habitual para hacer visibles procesos celulares antes desconocidos. Por ejemplo, el desarrollo de las neuronas en el cerebro, la propagación de células cancerígenas y otros procesos de la vida. Además, ha permitido la fabricación de quimeras genéticas como los peces y cerdos fluorescentes.
El comité del Nobel compara el hallazgo con la invención del microscopio en el siglo XVII.
Shimomura era un joven profesor de la...