Fernando Zavala Fue una apuesta arriesgada. En 2014, Disney se atrevió a echar mano a uno de sus mayores y más venerados tesoros: sus clásicos animados. Ese año, el estudio estrenó "Maléfica", nueva versión con actores de carne y hueso del emblemático filme de 1959 "La bella durmiente". Centrado, en esta oportunidad, en el personaje de la bruja -interpretada por Angelina Jolie-, se trataba de una producción que no fue bien recibida por la crítica, que alteraba radicalmente la historia del filme original, pero que fue un rotundo éxito de taquilla en todo el mundo.La estrategia se ha mantenido triunfante: al año siguiente, "La Cenicienta" -basada en la película de 1950-, aunque no llegó a los niveles de recaudación de "Maléfica", sí obtuvo críticas elogiosas. Y este año, "El libro de la selva" opacó a ambas en recaudación, y también en recepción de la crítica.