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Cherie Zalaquett Aquea
Fue tan extraño y macabro, que marcó para siempre a la generación de chilenos que lo vivió. El 3 junio de 1979 Rodrigo Anfruns, un niño de seis años, desapareció del antejardín de la casa de su abuela.
Por alguna razón, su pérdida conmovió tan fuertemente que el país entero se movilizó. Su fotografía estaba en todas partes, el caso ocupaba diariamente los medios y hasta Don Francisco se ofreció él mismo en canje por Rodrigo. La Iglesia Católica pedía públicamente por la aparición del menor.
Once días después, el niño fue hallado muerto en un sitio eriazo cercano al hogar de su abuela, un terreno que había sido rastreado en innumerables ocasiones por carabineros con perros especialmente adiestrados. La versión oficial señaló que el autor del crimen era un menor de 16 años, de origen muy humilde, que vivía cerca, P.P.V. Sin embargo,...