Ernesto Ayala Buena parte del western, sino todo, se trata de una sola cosa: de la civilización imponiéndose a la barbarie. Pero esta imposición, naturalmente, suele ser violenta, cruel, posible únicamente gracias al abundante uso de las armas. Hay tanta sangre detrás de la "justicia" y el "progreso" que a veces estos mismos conceptos terminan perdiendo su legitimidad. La civilización llega con las instituciones, pero las instituciones se imponen mediante el fuego. Así fue, así ha sido siempre, y, pese a tratarse de un género sobre explotado y a esta altura muy crepuscular, el buen western sabe recordarnos esta realidad. En ese sentido, cómo no, también es un cine político.En la recién estrenada Temple de acero, Mattie (Hailee Steinfeld) es la encarnación del orden protestante. Tiene sólo catorce años, pero puede recitar secciones de la biblia, es capaz de realizar...