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Sebastián Cerda Diciembre del año 2015 es una fecha clave para Joaquín Barañao. Ese mes se publicó el Volumen I de "Historia universal freak", libro que destapó al joven ingeniero como agudo coleccionista de datos que la historia oficial ha considerado omisibles, y gracias a los cuales ya cuenta cuatro libros editados a la fecha.Claro que su fijación por curiosidades pasmosas, anécdotas sorprendentes y verdades divertidas está lejos de concentrarse en el último binomio. Barañao lleva prácticamente una vida dedicado a la recolección de ese tipo de relatos, que ya pueden considerarse parte de su identidad.Bien lo saben sus ex compañeros del colegio San Ignacio, que festejaban sus hilarantes acotaciones en clases, o que transformaron en ritual la solicitud de compartir un dato freak en cualquier reunión o celebración. O el amigo que a principios de siglo, en la era...