Para el sueco Zlatan Ibrahimovic, delantero del AC Milan, el de ayer, en el Camp Nou, no era un partido cualquiera. Al margen de la trascendencia del mismo, "Ibra" sentía que estaba en juego una especie de revancha con Josep Guardiola, responsable, acusa él, de su salida de la escuadra culé en 2010.Por eso, una vez consumado el 3-1 que decretó la matrícula de Barcelona en su quinta final consecutiva de la Champions League, el atacante descargó toda su rabia: "No entiendo por qué el Barça ha de hacer trampas. No puedo creer que le dieran un penal cuando la pelota no estaba en juego", dijo, a propósito de la segunda pena máxima que favoreció al local y que, en definitiva, marcó el rumbo de la llave tras el 0-0 de la ida.La historia fue asíTemprano, a los 10', Luca Antonini bajó a Lionel Messi en el área del Milan y Bjorn Kuipers, el réferi holandés, cobró penal. El...